Ven a nosotros, Madre Tierra húmeda,
rociada de lluvia e iluminada por el sol,
Madre Tierra fértil y generadora de vida.
Ven a nosotros y descansa.
Has trabajado mucho y duro
para que nosotros, tus hijos,
Has trabajado mucho y duro
para que nosotros, tus hijos,
podamos sobrevivir,
ven ahora y relájate,
ven ahora y relájate,
pues bien te has ganado el descanso.
Come y bebe hasta saciarte,
Come y bebe hasta saciarte,
canta, baila y se feliz,
porque lo has hecho bien.
Tu fecundidad ha sido admirable
porque lo has hecho bien.
Tu fecundidad ha sido admirable
y nos has dado abundantes frutos,
hay suficiente alimento para todos,
nos nutres con generosidad
y estamos satisfechos.
Es poco lo que tus hijos hacemos por ti,
Es poco lo que tus hijos hacemos por ti,
sabemos que tenemos que corregir
todos los errores que tú,
como Madre amorosa y complaciente
hasta ahora nos has consentido,
y que han provocado tu agotamiento.
Lo haremos Madre, ten paciencia,
sabes que somos como niños
que solo aprendemos de nuestros errores,
pero ha llegado el momento
de que reaccionemos a tu amor
y de que te ayudemos y proporcionemos
satisfacciones, alegría y descanso.
Solo alanzas podemos dedicarte
porque tu eres la esencia de la realización,
del amor, de la abundancia y la prosperidad.
Eres el amante ser hermoso que nos nutre,
tu eres la grandeza y la plenitud,
sin ti, no hay vida,
y nunca podemos olvidar
que somos parte de tu sagrado cuerpo
y debemos trabajar para preservarlo
en todas sus divinas formas,
porque todo ser viviente es sagrado
y cuenta con tu divina protección.
Solo alanzas podemos dedicarte
porque tu eres la esencia de la realización,
del amor, de la abundancia y la prosperidad.
Eres el amante ser hermoso que nos nutre,
tu eres la grandeza y la plenitud,
sin ti, no hay vida,
y nunca podemos olvidar
que somos parte de tu sagrado cuerpo
y debemos trabajar para preservarlo
en todas sus divinas formas,
porque todo ser viviente es sagrado
y cuenta con tu divina protección.
Todos te saludamos Madre Tierra,
todos te agradecemos, vergel de vida,
todos te nutriremos algún día, fertilidad divina,
porque tu nos has dado la vida
y a ti hemos de volver a descansar en paz.
Mientras tanto, que el cielo te colme
de agua fresca y cristalina,
la misma que corre por tus venas,
que te fecunde cada día junto con el sol
para que sigas fructificando
en armonía, paz y bienestar.
¡Que todos saluden y reverencien
a la Gran Madre nutridora y nutritiva!
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