El estudio de los fenómenos mágicos puede afrontarse desde puntos de vista muy variados: estoy convencida de que es provechoso intentar conocer por lo menos algunos de entre ellos. Las perspectivas de estudio más importantes, a mi parecer, son cuatro:
— la perspectiva del mago, es decir la del adepto a la magia, que estudia las técnicas tradicionales y las profundiza mediante su experiencia profesional.
— la perspectiva del parapsicólogo, que se enfrenta a los fenómenos mágicos desde el punto de vista científico, como haría para cualquier otro aspecto de la naturaleza, e intentaría reproducirlos en laboratorio.
— la perspectiva del historiador, que se encuentra —sea cual sea el periodo por el que se interese— con una cantidad impresionante de fenómenos mágicos o por lo menos extraordinarios; debe referirlos como hechos históricos y posiblemente formular un juicio en relación con ellos.