¿QUE VAS A CONSEGUIR CON ESTE CURSO DE MAGIA?


El estudio de los fenómenos mágicos puede afrontarse desde puntos de vista muy variados: estoy convencida de que es provechoso intentar conocer por lo menos algunos de entre ellos. Las perspectivas de estudio más importantes, a mi parecer, son cuatro:

— la perspectiva del mago, es decir la del adepto a la magia, que estudia las técnicas tradicionales y las profundiza mediante su experiencia profesional.

— la perspectiva del parapsicólogo, que se enfrenta a los fenómenos mágicos desde el punto de vista científico, como haría para cualquier otro aspecto de la naturaleza, e intentaría reproducirlos en laboratorio.

— la perspectiva del historiador, que se encuentra —sea cual sea el periodo por el que se interese— con una cantidad impresionante de fenómenos mágicos o por lo menos extraordinarios; debe referirlos como hechos históricos y posiblemente formular un juicio en relación con ellos.


— la perspectiva del antropólogo, que estudia las poblaciones primitivas; también él se encuentra frente a una enorme cantidad de tradiciones y de rituales mágicos que debe describir y comprender.

Por lo general, suele suceder que los cuatro puntos de vista de esta lista son adoptados por personas muy distintas en lo que a formación y cultura se refiere y que muy difícilmente colaboran entre sí, por lo que desgraciadamente es difícil encontrar una síntesis satisfactoria de los diversos puntos de vista que permita una profundización en el conocimiento de la verdadera naturaleza de la magia. 

Sin embargo, aunque difícil, esta investigación no es del todo imposible: de hecho algunos científicos han comenzado a adoptar este método pluridisciplinar. Cito, a título de ejemplo, al psicólogo y parapsicólogo americano Charles T. Tart (nacido en 1937) que afirma: 

«Tendremos que desarrollar una psicología de la mediación que tenga significado para un médium, una fenomenología de la magia que haga decir a un brujo: “encuadrando estos hechos en vuestros esquemas, habremos resuelto muchas paradojas inherentes a nuestro campo”. Es verdad que para desarrollar esta fenomenología no podemos contentarnos con la parapsicología “aséptica” que hemos cultivado hasta la actualidad».

Desgraciadamente, estas ideas todavía son muy raras. La mayoría de las comunidades científicas se han encastillado en un racionalismo reductivo que les lleva a tildar de manera muy despectiva como superstición todo aquello que es inexplicable para la ciencia y lo juzgan anticuado en tanto que se aleja del pensamiento europeo moderno.

Por esta razón, las culturas civilizadas occidentales consideran a todas aquellas personas que practican la magia como embaucadoras. En las culturas orientales, en cambio, estas personas son estimadas y respetadas, tal como sucedía en las civilizaciones primitivas. Como consecuencia de esto, la fenomenología mágica se encuentra con un terreno mucho más fértil cuando observa detenidamente el pensamiento de las civilizaciones tradicionales.

Por este motivo, a lo largo de este curso, tendré presente, además de las tradiciones mágicas occidentales, aquellos aspectos de las tradiciones arcaicas y orientales, de manera que permitan una visión de conjunto más vasta y profunda.

Sin embargo, deseo subrayar desde un principio que, a partir del examen de todas estas tradiciones, sobresalen algunos elementos, más o menos relevantes, comunes a todas ellas:

— la relación entre magia, religión oficial y sentimiento religioso es muy importante.

— la inspiración del mago se considera procedente de la divinidad, por lo que obra en nombre de Dios y de los dioses.

— existe una relación directa entre magia y creencias en el trasmundo, en cuanto los espíritus se consideran los servidores del mago.

— en las prácticas mágicas se contemplan y se recurre a estados alterados de conciencia y técnicas relacionadas.

— se atribuye gran valor al simbolismo.

— la magia posee un ceremonial propio.

— se esperan prodigios como resultado de las operaciones mágicas.


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