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ORACIÓN A SANTA ROSA DE LIMA PARA PETICIONES URGENTES Y PROTECCION


 

Señor, Dios nuestro,
Tú has querido que Santa Rosa
se consagre totalmente a ti,
por su amor virginal,
y por su penitencia de amor.

Haz que guiados por el ejemplo de su caridad,
seamos fecundos en el servicio de amor al prójimo,
como buenos testigos del amor de Cristo.

ORACIÓN A OXUMARÉ, EL ORIXÁ DE LA FORTUNA


Oxumaré, representado por  la serpiente y el arco iris, es en la Umbanda, una deidad masculina, símbolo de la continuidad y permanencia. Representa la riqueza y la fortuna.

Rege el principio de la multiplicidad de la vida, transcurso de múltiples y variados destinos. Sus hijos, narra la leyenda de Oxumare, que en su mayor parte se someten en un principio a muchas dificultades, llevando una vida casi miserable, pero más tarde, surge un gran cambio en su destino, llegando a ser ricos, poderosos, y con frecuencia orgullosos.


Oxumare se sincretiza con San Bartolomé.

 
ORACIÓN
 
Mi padre Oxumaré
fuerza mineral de la creación,
en tu día reverencio el amor,
que tus colores me bendigan con fuerza de renovación,
que tus cascadas diluyan el emocional negativo,
que tu movimiento ondulante revitalice mi fe,

que tu piel se haga nueva en mi piel,
que tus ojos vigilen mis relaciones,
que tu danza encante mi vida entera.

Arrobobói Oxumaré

 Salve tu fuerza Padre del Amor!
 
Los hijos de Oxumaré nunca se niegan a ayudar cuando alguien realmente los necesita. Y, a menudo, es frecuente ver a un niño de Oxumaré de disponer de algo suyo para ofrecerlo a los necesitados con la mayor facilidad y agrado, contrastando su orgullo y su estado de visualización, para mostrar su generosidad y riqueza espiritual.

Los hijos de Oxumaré en la infancia son el arco iris, la etapa más dulce y sincera que tienen.

Son personas de temperamento fácil de lidiar estando tranquilas, sin embargo se convierte en terrible cuando está enojado, representando en ese momento el estado de la serpiente que aporta el lado negativo de Oxumaré, su lado más peligroso, que es la falsedad y la maldad. En esos momentos son personas enfermas y obstinadas en la lucha por sus objetivos que no miden sacrificios para alcanzarlos.

Les gustan los cambios en sus vidas: los amigos, las novelas, las ciudades que viven.  Cuando hacen estos cambios se vuelven radicales.

- Su saludo es: Arroboboi Oxumare!
- Color: amarillo y verde, los colores del arco iris.
- Día de la semana: Martes
- Alimentación: "Cobra" hecha de puré de patata dulce y  plátano frito en aceite de oliva fresco.


PROTEGE A TU BEBÉ CON ESTA PODEROSA ORACIÓN

 
Mi querido hijo, tan pequeño todavía,
que ante el solo pensamiento
de que haya algo que te pueda dañar,
me hace estremecer y encoge mi corazón
lleno de amor por ti, mi pequeño amor.
 
Mi amado bebé, amor de mi vida:
te entrego hoy a la Protección Divina.
 
Que sea Dios quien vele por ti a cada momento,
que las alas de sus ángeles cubran
 todos y cada uno de tus pequeños pasos,
que su Luz ilumine tus caminos,
que su Misericordia te proteja ahora y siempre.

ORACION MUY PODEROSA A LOS ORIXÁS PARA PEDIR SU AYUDA Y PROTECION



Que la irreverencia y el desprendimiento de Exú
 nos animen a no encarar las cosas de la forma
como ellas parecen a primera vista
y que nos aprendamos que todo en la vida,
por peor que sea,
tendrá siempre su lado bueno y provechoso!

Laroiê exu!

Que la tenacidad de Ogum nos inspire
a vivir con determinación,
sin que nos intimide con piedras, espinas y tinieblas.

Su espada y su lanza desobstruyan nuestro camino
y su escudo nos defienda.

Oguñe meu pai!


Que la labor de Oxossi nos estimule
a conquistar suceso y abundancia
a costa de nuestro proprio esfuerzo.

Que sus flechas caigan enfrente nuestro,
a nuestras costas,
a nuestra derecha y a nuestra izquierda,
cercándonos para que ningún mal nos alcance.

Okê arô ode!

Que las hojas de Ossain
proporcionen el bálsamo revitalizante
que restaure nuestras energías,
manteniendo nuestra mente sana y cuerpo sano.

Ewe ossain!!.

Que Oxum nos de la serenidad
para accionar de forma consciente y equilibrada.

Tal como sus aguas dulces,
 que siguen desbravadoras en el curso de un rio,
entrecortando piedras y precipitándose en una cascada,
sin parar ni tener como volver atrás,
apenas siguiendo para encontrar al mar,
asi sea que nos podamos luchar por un objetivo
sin arrepentimientos.

Ora yeyêo Oxum!

Que el arco-iris de Oxumaré
transporte para el infinito nuestras oraciones,
sueños y deseos, y que nos traiga las respuestas divinas,
de acuerdo con nuestros merecimientos.

Aroboboi Oxumaré!

Que los rayos de Iansa alumbren nuestro camino
y el turbinado de sus vientos lleve para lejos
a aquellos que de nos se aproximan
con el intento de aprovecharse de nuestras flaquezas.

Êpa hey oyá!

Que las pedreíras de Xangô sean la consolidación
de la ley divina en nuestro corazón.

Su machado pese sobre nuestras cabezas
revolviendo la conciencia y su balanza
nos inculque el buen seso.

kaô! kaô cabecilê!

Que las ondas de Yemanjá nos descarguen,
llevando para las profundidades del mar sagrado
las aflicciones del día-a-día,
dándonos la oportunidad de sepultar definitivamente
 aquello que nos causa dolor
y que su seno materno nos acoja y nos consuele.

Odoyá Yemanjá!

Que las calabazas de Obaluaie
traigan no solo la cura de nuestros males corporales,
como también ayuden a nuestro espíritu
a despojarse de las vicisitudes.


Atotô Obaluaiê!

Que la sabiduría de Nanã
nos de otra perspectiva de vida,
mostrando que cada nueva existencia que tenemos,
sea aquí en la tierra o en otros mundos,
genera el bagaje que nos da medios
para alcanzar la evolución,
y no una forma de punición sin fin
como juzgan los insensatos.

Saluba Nanã!

Que la vitalidad de los Ibejis nos estimule
a enfrentar los sinsabores como aprendizaje;
que no perdamos la pureza,
que a nuestro alrededor
la tentación nunca nos envuelva.

Que la inocencia no signifique flaqueza,
mas sí refinamiento moral
¡Oni beijada!

Que la paz de Oxalá renueve nuestras esperanzas
de que, después de errores y aciertos;
tristezas y alegrías; derrotas y victorias;
llegaremos a nuestro objetivo mas noble;
a los piés de Zambi mayor!
Epa Babá Oxalá!

¡Que así sea!
¡Porque así será!
¡Porque así ya es!
Axé!

VIRGEN DE REGLA, SU ORACIÓN MAS MILAGROSA PARA PROTECCIÓN, SALUD Y NECESIDADES



ORACIÓN
 
¡Oh, Santísima y dulcísima Virgen María,
Madre de Dios, Hija del Sumo Rey 
y Señora de los Ángeles,
Madre del Creador de todos,
Reina de las misericordias,
inmenso abismo de piedad!

Tú nos recibes bajo tu protección y amparo
a todos los que solicitamos favor,
remediando poderosa, las necesidades
de todos los que afligidos te invocan
como lo refieren las historias,
y pregonan los que en todos los tiempos
han implorado tu patrocinio
visitando devotamente tus templos,
y especialmente el Santuario en imagen de Regla,
en que parece has querido
ostentar más tu poder y caridad,
pues en este templo, y por esta tu imagen,
todos hallan su remedio y su consuelo.

Los navegantes en las mayores tempestades,
invocándote como Señora de Regla se libran
 de tan manifiesto peligro y en las navegaciones 
más dilatadas y peligrosas,
haciendo voto a su Santuario de Regla,
logran con felicidad el puerto que desean.

Los perseguidos de sus enemigos
se salvan por la devoción a esta tu imagen.

Los enfermos de todas las enfermedades
en ésta tu casa y por ti sanan.

Los miembros débiles e impedidos,
aquí cobran fuerzas y, generalmente,
todos los males aquí tienen remedio,
como lo publican las paredes de este templo
y los milagros puestos en ellas.

Venerando ¡Oh Reina del Cielo!
ésta tu imagen de Regla
imploramos tu patrocinio y favor pidiéndote
nos alcances de tu Hijo precioso,
el consuelo de una buena conciencia,
salud y fuerzas para servirte y venerarte;
el remedio de nuestras necesidades
y especialmente el de aquella
por quién os hacemos esta oración.

(Hacer la petición)
 
Esperamos Señora, por tu intercesión
conseguir lo que pedimos,
aunque lo desmerecen nuestras culpas 
por la eficacia de tus ruegos.
 
Amén.
 
Según la leyenda, la estatua de la Virgen de Regla fue encargada por el propio San Agustín (354-430) y traída por San Cipriano, diácono, después de la muerte de San Agustín y durante la invasión de los vándalos a las costas del sur de España.
 
La estatua encontró un nuevo hogar en la ciudad portuaria de Chipiona y fue venerada en el monasterio local por cánones agustinos y ermitaños africanos.

En el siglo VIII, la invasión de los sarracenos a Andalucía obligó a la estatua a pasar a la clandestinidad. De hecho, los monjes escondieron la imagen en una cisterna junto a una higuera donde permaneció hasta la liberación del país por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII. En ese período, Nuestra Señora se manifestó ante un canónigo regular de León a quien le señalaba hacia el lugar donde estaba escondida la estatua. La cisterna y la higuera aún existen, y la ubicación se llama Humilladero.
 
La fiesta patronal coincide con la fiesta del cumpleaños de María el 8 de septiembre. Se celebra con una procesión en conmemoración a la del 8 de septiembre de 1588, cuando la orgullosa Armada española navega hacia Inglaterra.
 
Los historiadores evalúan el número de participantes en esta grandiosa manifestación de devoción en ochenta mil y la longitud de la procesión en nueve kilómetros. La devoción a Nuestra Señora de Regla alcanzó su cenit en el siglo XVIII.
 
La devoción a "Nuestra Señora de Regla" se practica incluso hoy, no solo en España sino también en Cuba, en un lugar de La Habana, llamado Regla, en Miami, México, República Dominicana, Filipinas y los Países Bajos.
 

7 ORACIONES CORTAS Y MUY EFECTIVAS PARA PROTECCIÓN


Las siete oraciones que leerás a continuación son muy cortas pero se han hecho muy populares por su gran efectividad. La ventaja, además de que funcionan, es que te será muy fácil recordarlas para utilizarlas cada vez que te sean necesarias:
 
ORACIÓN DE PROTECCIÓN COMPLETA

La Luz del Señor me circunda,
el amor del Señor me envuelve,
el poder del Señor me protege,
la presencia del Señor vela por mi.

Dondequiera que estoy,
el Señor está conmigo.

Amén.

PROTECCIÓN CONTRA LOS ENEMIGOS

Dígnate Señor,
protegerme de todos mis enemigos
y de sus malvados designios.


Que no puedan hacerme ningún daño,
ni ahora ni en el futuro.

Por el bendito y alabado nombre del Señor.

¡Así sea!.

PARA LIBRARNOS DE LA ANGÚSTIA

Muéstrame, Señor, tus caminos,
y enséñame tus senderos.

Condúceme por tu verdad,
acuérdate de tus bondades, Señor,
y de tu misericordia.

Protégeme, mírame y apiádate de mi.
Alivia las angustias de mi corazón
y quítame esta ansiedad.

Guarda mi alma y no me abandones.

¡Así sea!.

CONTRA ENVIDIAS O ENEMIGOS ESPIRITUALES

En ti Señor me refugio.
Sé mi roca, castillo fortificado para salvarme.

Libérame de este lazo oculto
que me han tendido.

En tus manos encomiendo mi alma.
 
Tu me has librado Señor.

Amén.

EN LA ADVERSIDAD MAS ANGUSTIOSA

Oh Señor, sálvame,
pues las aguas me han llegado al cuello.

Estoy sumergido en el fango
y no hallo donde afianzar el pie;
caí en aguas profundas
y las olas me ahogan.

Estoy fatigado de pedir,
mis labios están secos,
mis ojos se debilitaron de esperar a mi Señor.

Concédeme la gracia de trabajar,
de salir de este problema,
no me desampares.

Gracias Señor.

Amén.


CONTRA LOS ENEMIGOS DECLARADOS

¡Señor, cuan numerosos son mis enemigos!
¡Cuantos se levantan contra mi!.

Son muchos los que dicen,
que mi empresa ya no tiene salvación.

Más tú, Señor, eres mi escudo,
por ti levanto mi frente.

Amen.

PARA DEFENDERSE
DE LAS INJURIAS Y CALUMNIAS

Oh Señor, apresúrate a socorrerme.

Queden confundidos y avergonzados
 los que atenten contra mi;
retrocedan y llénense de vergüenza
los que gozan en mi ruina.

Más yo soy pobre y miserable;
socórreme Señor.

Tú eres mi auxiliador;
oh Señor, no tardes date prisa en auxiliarme.
Amén.

Rezar tres Credos.


VIRGEN DEL CARMEN, ORACIÓN PARA ALCANZAR SU PROTECCIÓN CONTRA TODO MAL


El domingo 16 de julio de 1251, cuando Simón Stock se arrodilló en oración, se le apareció Nuestra Señora, sosteniendo al Niño Jesús en un brazo y al Escapulario marrón en el otro.
 
Nuestra Señora le dio a San Simón el escapulario para los carmelitas con la siguiente promesa, diciendo:
 
Recibe, mi amado hijo, este hábito de tu orden: esto será para ti y para todos los carmelitas un privilegio, ya que todo el que muera llevándolo con el, nunca sufrirá el fuego eterno... Será un signo de salvación, una protección en peligro y una promesa de paz ".
 
ORACIÓN
 
Oh Virgen del Carmen,
fragante flor del Carmelo,
esplendor brillante del Cielo,
ilumina mis oscuros caminos.


Oh Madre amable, mujer sin mancha,
postrados reverentes ante tu sagrada imagen
te pedimos tu poderosa mediación,
protégenos en todo momento y situación,
quédate con nosotros,
no faltes en nuestras vidas.

A ti nos acogemos siempre confiados
míranos con tus benditos ojos compasivos
y alcánzanos de tu querido Hijo:

(hacer la petición).

Madre mía:

Tengo mil dificultades: ayúdame.

De los enemigos del alma: sálvame.

En los desaciertos: ilumíname.

En mis dudas y penas: confórtame.

En mis soledades: acompáñame.

En mis enfermedades: fortaléceme.

Cuando me desprecien: anímame.

En las tentaciones: defiéndeme.

En las horas difíciles: consuélame.

Con tu corazón Maternal: ámame.

Con tu inmenso poder: protégeme.

Y en tus brazos al expirar: recíbeme.

Amén.

Rezar la Salve y tres Ave Marías

Nuestra Señora del Monte Carmelo es la patrona de la Orden Carmelita. El Monte Carmelo, cerca de la moderna ciudad portuaria de Haifa, Israel, no está lejos de donde Cristo creció. Esta había sido una montaña sagrada mucho antes del nacimiento de Nuestro Señor y en el siglo XII se había convertido en el hogar de los monásticos carmelitas, con una devoción particular a la Virgen María como su patrona.
 

 
A fines del siglo XIII, una disputa política y religiosa había provocado que los carmelitas partieran del monte Carmelo y viajaran a Europa.
 
Algunos carmelitas establecieron monasterios tan al norte como Inglaterra. Allí, en el siglo trece, un carmelita, San Simón Stock, recibió el Escapulario marrón de Nuestra Señora después de haber escrito la hermosa oración de "Flos Carmeli".
 
La Virgen también le dio a San Simón Stock  su promesa de la perseverancia final y el privilegio Sabbatino a aquellos que mueran usando el Escapulario Marrón. En pocas palabras, el privilegio Sabbatino consiste en la intercesión de Nuestra Señora para llevar el alma del portador escapular al cielo el primer sábado después de su muerte.

Durante más de cuatrocientos años, el uso del Escapulario marrón (Carmelita) fue muy popular entre los fieles católicos, pero luego cayó en desuso siendo considerado una "curiosidad". Este sacramental, junto con otros, ahora está encontrando un resurgimiento de popularidad especialmente entre los jóvenes católicos.

“Oh, hermosa flor del Carmelo,
la vid más fructífera,
esplendor del cielo,
santa y singular,
que dio a luz al Hijo de Dios,
aún siendo una virgen pura,
nos ayuda en nuestra necesidad.
 
Oh Estrella del Mar,
ayúdanos, cuídanos, guíanos y protégenos.
Enséñanos que eres nuestra Madre. 
Amén." 
 

SANTA LUCIA, ORACIÓN A LA SANTA PROTECTORA DE LOS OJOS Y LA VISTA


Oh bienaventurada y amable
virgen Santa Lucía,
universalmente reconocida
por el pueblo cristiano
como especial y poderosa
abogada de la vista.

Llenos de confianza a ti acudimos
pidiéndote la gracia
de que la nuestra vista se mantenga sana
y que el uso que hagamos de nuestros ojos
sea siempre para bien de nuestra alma,
sin que turben jamás nuestra mente,
objetos o espectáculos peligrosos,
y que todo lo sagrado o religioso
que ellos vean se convierta en
saludable y valioso motivo
de amar cada día más
a nuestro Creador y Redentor Jesucristo,
a quien, por tu intercesión,
oh protectora nuestra,
esperamos ver y amar eternamente
en la Patria celestial.

Amén. 

Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 

Hacer con gran fe la oración y los rezos 
durante tres días seguidos. 

 

MILAGROS DE SANTA LUCÍA

La gloriosa virgen y mártir santa Lucía nació de ilustres y ricos padres en la ciudad de Zaragoza de Sicilia. Fue desde niña cristiana y muy inclinada a todas cosas de virtud y piedad, especialmente a conservar la pureza de su ánima y ofrecer a Dios la flor de su virginidad.
 
Muerto su padre, la madre, que se llamaba Euticia, contra la voluntad de la santa doncella, la concertó para casar con un caballero mozo y principal, aunque pagano; y ella lo iba dilatando y buscando ocasión para que no tuviese efecto.
 
Se la ofreció nuestro Señor muy a propósito con una larga y molesta enfermedad que dio a Euticia, su madre, de un flujo de sangre que le duró cuatro años, sin hallar en los médicos y medicinas algún remedio.
 
Se difundía entonces por toda Sicilia la fama de la bienaventurada santa Águeda, que en tiempo del emperador Decio había sido martirizada por Cristo en la ciudad de Catania, no muy distante de la ciudad de Zaragoza.
 
Hacía Dios grandes milagros en el sepulcro de santa Águeda, y concurrían de todas partes a él para alcanzar salud y otros beneficios del Señor por su intercesión.
 
Aconsejó santa Lucía a su madre que se fuesen a Catania a visitar el cuerpo de santa Águeda, porque sin duda hallaría remedios divinos para su enfermedad, ya que todos los humanos habían sido vanos y sin provecho. Fueron a Catania en su romería. Acudieron a la iglesia de Santa Águeda, se postraron en su sepulcro, e hicieron larga y devota oración, suplicando y llorando a la santa virgen para que socorriese a Euticia en aquella necesidad.
 
Estando en oración le vino un dulce sueño a santa Lucía y en él le aparecía santa Águeda resplandeciente y ricamente vestida, y acompañada de gran número de ángeles, y con rostro alegre y sereno le dijo:
 
«Hermana Lucía y virgen a Dios consagrada, ¿para qué me pides lo que tú tan fácilmente puedes dar a tu madre, a quien ya tu fe ha socorrido y dado salud?
 
Así como la ciudad de Catania ha sido ilustrada por mí, así la ciudad de Zaragoza será ennoblecida y ensalzada por ti; porque por tu limpieza y castidad has aparejado digna morada al Señor y eres templo del Espíritu Santo.»
 
A estas palabras despertó santa Lucía, y con gran regocijo dijo a su madre:
 
«Madre mía, ya estáis sana»
 
Y así fue; y la madre y la hija dieron por ello gracias a Dios y a la gloriosa santa Águeda, por cuya intercesión el Señor había sanado a Euticia.
 
Volvieron las dos a Zaragoza, y la santa hija rogó a su madre que no le hablara de esposo ni marido carnal, y que la dote que le había de dar casándola con hombre mortal y terreno se le diese para emplearla en servicio del Esposo celestial o inmortal que ella había escogido.
 
No quería Euticia despojarse de su hacienda y darla en vida, y rogaba a su hija que aguardase un poco a que ella cerrase los ojos, y después de su muerte hiciese de todo a su voluntad. Pero la santa doncella le dijo que no son tan agradables a Dios las limosnas que se hacen después de la muerte, como las que se hacen en vida, porque en la muerte se deja lo que no se puede llevar, y en la vida se da lo que se puede gozar; y que el que va de noche ha de llevar la antorcha delante para que le alumbre y vea el camino por donde va.
 
Y tanto supo decir santa Lucía a su madre, que la persuadió a que le entregase su dote; y ella la comenzó a vender y a distribuirla entre los pobres.
 
Supo esto el caballero con quien la madre la tenía concertado matrimonio, y aunque al principio por lo que le dijeron creyó que el vender las joyas y otras cosas de poco precio era para comprar una heredad muy rica y fructuosa; pero después que entendió la verdad y que toda la hacienda se repartía a los pobres, y que santa Lucía era cristiana, generó gran odio contra ella, y la acusó delante del prefecto, llamado Pascasio, de ser maga y sacrílega, y enemiga de los dioses del imperio romano. Este la mandó llamar, y teniéndola en su presencia con buenas palabras procuró persuadirle que dejase la vana superstición de los cristianos y sacrificase a los dioses. Pero la santa no hizo caso a estas razones.
 
Es más, con gran ánimo y libertad le respondió que el verdadero sacrificio y agradable a Dios era visitar a las viudas, huérfanas y personas miserables, y consolarlas en sus tribulaciones, y que ella se había ocupado tres años en este sacrificio, repartiendo a los pobres lo que tenía, y que ya no le quedaba que dar sino su persona, la cual, deseaba ofrecer a Dios en perpetuo, sacrificio. Y como Pascasio le dijese que aquéllos eran sueños y desvaríos de cristianos, y palabras vanas que no se le habían de decir a él, que guardaba la religión antigua y los mandatos de los emperadores; santa Lucía con maravillosa constancia le respondió:
 
«Tú guardas las leyes de tus príncipes, o yo las de mi Dios. Tú temes a los emperadores de la tierra, y yo al del cielo. Tú no quieres ofender a un hombre mortal, o yo no quiero ofender al Rey inmortal. Tú deseas agradar a tu señor, y yo a mi Creador. Tú haces lo que piensas que está bien, y yo hago lo que juzgo que me conviene. No te canses, ni pienses que me podrás con tus razones apartar del amor de mi Señor Jesucristo.»
 
Se embraveció el prefecto, y convirtiendo aquella primera amistosa entrevista en enojos y braveza, dijo malas palabras a la santa doncella, tratándola como a mujer liviana, y que había gastado su patrimonio en mal vivir.
 
Aquí santa Lucía le dijo:
 
«Yo he puesto mi patrimonio en lugar seguro, y he aborrecido siempre a los que corrompen las almas, que sois vosotros; pues nos persuadís que dejemos a nuestro Creador y verdadero esposo Jesucristo, y adulteremos con las criaturas, adorándolas y teniéndolas por verdaderos dioses. También he huido de la conversación de los que corrompen los cuerpos, los cuales se abrazan con los deleites de la carne, y encarnizados en ella y aprisionados y cautivos de sus pasiones torpes, anteponen el gusto suyo y breve a los gozos limpios y eternos.»
 
«Muchas palabras son ésas (dice Pascasio); y llegando los azotes, cesarán.»
 
Le echan mano para llevarla; pero (¡oh virtud de Dios!) la hizo el Señor tan inmoble, que ninguna fuerza de hombres, ni  yuntas de bueyes que trajeron fue poderosa para moverla del lugar donde estaba.
 
Atribuyó el prefecto la virtud divina a artes del demonio, y creyó que santa Lucía, como hechicera y maga, se defendía de su poder; pues siendo mujer y flaca, resistía a tantos hombres valientes y robustos que con todas sus fuerzas la querían mover y no podían. Mandó llamar a sus encantadores y nigrománticos para que después deshiciesen aquellos hechizos, y ellos hicieron su oficio, y usaron de todas sus artes diabólicas; pero en vano.
 
Quedó Pascasio pasmado y como fuera de sí, y daba bramidos como un león, viéndose vencido por una delicada doncella. Y la santa virgen, volviéndose á él, le dijo:
 
«¿Por qué te congojas y te atormentas? Si conoces que soy templo de Dios, cree, y si aun no estás cierto de ello, haz otras pruebas hasta que lo conozcas. No son hechizos ni es demonio el que me hace inmovible, sino el Espíritu de Dios, que por estar aposentado en mi alma puede hacerme de tantas fuerzas, que todo el mundo no baste a moverme de donde estoy.»
 
Mandó el juez poner mucha leña, resina y aceite al rededor de la santa, y encenderlo todo para quemarla. Mas ella, como si estuviera en algún jardín muy agradable y ameno, estuvo segura, sin quemarse, y dijo al juez:
 
«Yo he rogado a mi Señor Jesucristo que este fuego no me dañe, y que dilate mi martirio para que los fieles sean firmes en su fe, y no teman sus tormentos, y los infieles se confundan viendo lo poco que pueden contra los siervos del Altísimo.»
 
Mandó el juez que la atravesaran con una espada el cuello; y estando la bienaventurada virgen herida de muerte, oró todo el tiempo que quiso, y habló cuanto quiso a los cristianos que estaban presentes, diciéndoles que se consolasen, porque pronto la Iglesia tendría paz y los emperadores que le hacían guerra dejarían el mando y señorío. Y que así como la ciudad de Catania tenía a santa Águeda, su hermana, por patrona, así ella lo sería de la ciudad de Zaragoza si se convirtiese a la fe de Cristo.
 
Y para que se vea el castigo que Dios, como justo juez, da a los malos y perversos jueces, estando santa Lucía cercada de fuego, y herida y derramando su preciosa sangre, y con admirable suavidad y divina constancia animando y consolando a los cristianos, en aquel mismo tiempo detuvieron a Pascasio los sicilianos, y le cargaron de cadenas por ladrón y destruidor de toda aquella provincia, y le pasaron delante los ojos de la santa virgen; y acusado en Roma, fue condenado a muerte.
 
Luego santa Lucía, después de haber recibido el sagrado cuerpo del Señor de mano de los sacerdotes, que secretamente se lo trajeron, dio su bendita alma a Dios.
 
Su cuerpo fue sepultado en la misma ciudad de Zaragoza, donde hoy día tiene dos templos: uno muy suntuoso fuera de la ciudad en el lugar de su martirio, y otro dentro de ella. Estuvo su sagrado cuerpo muchos años en Zaragoza, y Dios, nuestro Señor, hizo grandes milagros por su intercesión a los fieles que se encomendaban a ella.
 
De allí fue llevado a Constantinopla, y después, pasando el tiempo, fue trasladado a Venecia, donde es venerado con mucha fe.
 
El martirio de santa Lucía fue el 13 de diciembre (en que la Iglesia celebra su fiesta), al fin del imperio de Diocleciano y Maximiano, los cuales (como la misma santa lo profetizó) se privaron voluntariamente del mando y señorío que tenían, y después por justo juicio de Dios murieron desastradamente.
 
Tienemos a esta preciosa virgen por abogada de la vista, y comúnmente la pintan con sus ojos en un plato que tiene en sus manos. La causa de pintarse así, su historia no lo dice, ni tampoco que se haya sacado los ojos por librarse de un hombre lascivo que la perseguía, como algunos escriben. Pero cada día se experimentan nuevas gracias y favores que hace el Señor a los que tienen mal de ojos, si con devoción se encomiendan a santa Lucía.
 
Y así debemos todos tenerla gran devoción, no solamente para que nos guarde por medio de sus oraciones la vista corporal, sino mucho más para que alcancemos la espiritual y eterna.


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