SANTA ROSA DE LIMA, ORACIÓN PARA CUALQUIER MAL Y NECESIDAD

 
Poco después de su muerte, Santa Rosa se apareció en ocasiones distintas a tres personas de Lima, conocidas por su virtud. La vieron vestida de blanco, con una palma en la mano, dirigida por los Ángeles ante el trono de la Santísima Virgen, y recibiendo de María la corona de gloria.
 
ORACIÓN
 
Apenas naciste Rosa,
cuando tus sienes divinas
ya coronas con espinas,
diadema la mas preciosa:

Ese adorno fue en verdad
hechizo al divino amor.


Santa Rosa,
"Rosa y Reina del Perú",
encendida en el amor a Dios y a la fe,
 te apartaste del mundo
y te entregaste a Cristo
en medio de admirables penitencias.

Quisiste ser apóstol
y llevar a todos los hombres hacia Jesús,
para ello renunciaste a tu hermosura
y a tus atractivos humanos,
mortificando tu cuerpo.

Ya que os miráis coronada
en la celestial Sion
amparad en la aflicción
a quien os llama abogada
y ejerced vuestra piedad
en cualquier mal y necesidad.

Ya que fuiste rosa en el dolor
logremos por tu favor
fragancias de caridad,
ayúdanos santa Rosa
en este trance angustioso,
en esta desesperada situación:

(Realizar la petición).

Alcánzanos el camino
de la verdadera vida
para que lleguemos a gozar
un día de los bienes eternos.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.
 

Rosa era una niña encantadora, sincera y muy piadosa. Pero la pequeña rosa es frágil y a menudo enferma. Sin embargo, muy rápidamente, por el amor de su Dios, se suma a sus numerosas pruebas físicas y morales, prácticas heroicas de humildad, pobreza y mortificación.
 
Desde una edad temprana, Rosa entendió que la verdadera santidad es, sobre todo, cumplir con los deberes de cada uno. Tuvo dificultades para mantener la obediencia a sus padres y la fidelidad a las llamadas internas con que el Cielo lo favorecía.
 
Luchó por encontrar la manera de obedecer tanto a Dios como a su madre. Decidió no complacer a nadie más que a Dios, pero ella llevaba una corona de flores impuesta por su madre.


Rose le confió a uno de sus confesores: "Cuando me comunico con Dios, me parece que un sol baja a mi pecho, y el sol revive todo con su calor y su luz. Colorea las flores y madura los frutos. Sus rayos penetran en las aguas del mar, deslumbran piedras preciosas en las montañas, alegra a los pajaritos, ilumina y vivifica el universo. Pues esto es lo que hace la carne de Jesucristo en mi alma. Ella nota todo lo que estaba lánguido. Su presencia me calienta, ilumina, resplandece. "

El Señor le había revelado a Rosa, cuando era niña, que moriría en el día de la fiesta de San Bartolomé, y luego dejó claro que sería el año 1617, poco después de la medianoche.

Hacia fines de abril de ese año, Rosa informa a su madre: "Madre, en cuatro meses compartiré el destino reservado para toda la carne, y mi alma liberada de sus ataduras volará a su amado. Los dolores de mi última enfermedad serán atroces, y vengo a reclamar dos servicios de tu amor: Cuando, devorada por una fiebre ardiente, implore un vaso de agua fría para refrescar mi garganta seca y mis entrañas, en el nombre de Jesucristo, no me la des. La segunda gracia que te imploro es que, después de mi muerte, solo tú prestes los servicios necesarios a mi cuerpo. "

Por una gracia especial, aunque su cuerpo estaba paralizado, Rosa mantuvo la palabra y el uso de la razón. "Señor", murmuró ella, "no sean benevolente conmigo: agrega dolor a dolor como tu consideres necesario"
 
El 22 de agosto, recibió el Sagrado Viático y la Extrema Unción con una alegría que sorprendió a todos los asistentes. ¿Qué podría temer ella? Dios le aseguró su salvación e incluso sabía que iría directamente al cielo sin pasar por el Purgatorio.


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