COYOTE, TÓTEMS DE ANIMALES MEDICINA


El Coyote es un maestro de la sabiduría oculta con sentido del humor, por lo que los mensajes del tótem coyote pueden aparecer en forma de bromas o trucos. No te dejes engañar por las tonterías. El espíritu del coyote puede recordarte que no te tomes las cosas demasiado en serio y que tengas más equilibrio entre la sabiduría y el juego.
 
El coyote es un animal asombrosamente adaptable, y tiene un folclore rico y sustancioso dentro de las tradiciones nativas americanas, donde hace al mismo tiempo el papel de creador y de embaucador.
 

 
Al coyote se le ha vinculado con la magia, pero la magia no siempre funciona. No obstante, aunque no funcione, siempre cumple un propósito, porque siempre existe cierta sabiduría oculta en todo lo relacionado con el coyote.
 
En muchos aspectos, el coyote es para los indios de las praderas lo mismo que el cuervo para las tribus del noroeste de Estados Unidos: un creador, un maestro y el guardián de la magia. Tanto al coyote como al cuervo les encanta jugar y divertirse; ambos son habilidosos, pero muchas veces intentan hacer las cosas sin tener que recurrir a sus habilidades, sino buscando atajos.
 
Tanto el coyote como el cuervo nos aconsejan que no seamos demasiado serios, y nos recuerdan que no hay nada imposible.
 
A menudo, en los relatos nativos americanos, el coyote hace las cosas más complicadas de lo necesario; por lo que, si el coyote se te ha aparecido como tótem, quizás debas hacerte algunas preguntas:
 
¿Estás últimamente demasiado serio, o lo están las personas que te rodean? ¿Has olvidado que jugar es esencial para la salud? ¿Estás complicando las cosas en algún aspecto de tu vida? ¿Alguien te está jugando una mala pasada?
 
El coyote guarda las enseñanzas del equilibrio entre la sabiduría y la locura, y te enseña que ambas van de la mano. De hecho, la imagen del loco sabio es común en las tradiciones de muchas culturas, donde se nos representa a un individuo simplón que, sin embargo, dice y hace cosas mucho más sabias de lo que podría parecer a simple vista.

 
¿Puede ser que no estés viendo la sabiduría implícita en tu vida, en las cosas que te ocurren? Si es así, el coyote te ayudará a verlo.
 
En la baraja de tarot hay una carta titulada El Loco, una carta en la que, si tienes por tótem al coyote, te vendrá bien meditar. Las energías de esta carta están vinculadas con la simplicidad y la confianza, aportan equilibrio en medio del caos de la vida, fomentan y renuevan la inocencia, y acuden a la sabiduría infantil para dar respuesta a los problemas del mundo. Es, en definitiva, la carta que nos recuerda que los verdaderos maestros de sabiduría tienen un increíble sentido del humor.
 
A través del coyote nos convertimos de nuevo en niños, despertando al mismo tiempo el intelecto, la creatividad, el gusto artístico y nuestras facultades intuitivas.
 
Aunque hay gente que lo considera una plaga que hay que eliminar, el coyote se las ha ingeniado para ampliar su presencia, de modo que se le puede encontrar por todo el país; y ello gracias a su aguda inteligencia y a su enorme capacidad adaptativa. Una prueba de ello es que, antiguamente, el coyote estaba más activo al amanecer y al anochecer, mientras que actualmente se le suele ver más por la noche, con lo cual evita a los cazadores.
 
En multitud de ocasiones, los coyotes utilizan técnicas cooperativas de caza, pues disponen de un bien organizado sistema de localización de presas pequeñas, de modo que realizan la persecución por turnos; mientras un coyote descansa, otro persigue a la presa. Este asombroso sistema de cooperación nos indica que el coyote puede enseñarte el modo de fomentar la cooperación con otras personas, a fin de llevar a cabo tareas importantes de la forma más eficiente.
 
Pero aún más sorprendente que esto es que, en ocasiones, el coyote hace equipo con los tejones para cazar juntos, hecho que prueba la enorme capacidad que tiene el coyote para adaptarse a las situaciones.
 
Si hay un rasgo que caracterice al coyote en la memoria colectiva, ese es sin duda el de su aullido, comportamiento que se interpreta principalmente en clave social. El aullido del coyote puede expresar sentimientos de soledad, puede ser una advertencia de peligro, o una llamada de ayuda. En cualquier caso, alcanza al alma de quien lo escucha, y nos rememora nuestros instintos más primarios.
 
La guarida de un coyote puede estar en cualquier parte, aunque normalmente prefieren refugiarse en la ladera de una colina, cerca de algún curso de agua. La hembra suele volver a la misma guarida cada vez que va a tener una camada, pero rara vez la volverá a utilizar a lo largo del año. Es algo así como el sitio donde se hacen las cosas especiales. Lo curioso es que este patrón es común también entre las personas que tienen al coyote como tótem, pues son más eficaces cuando trabajan en determinado lugar, aunque no se limiten estrictamente a él. Esto apunta a la necesidad de algún tipo de estimulación mental, impulso que los que tienen este tótem precisan quizás más que otros.
 
Los coyotes mantienen unas relaciones familiares muy estrechas y, de hecho, en ocasiones se emparejan de por vida. El padre es muy concienzudo, y participa del cuidado de los cachorros, pero son ambos progenitores los que les enseñan las técnicas de caza. El macho cuida de su compañera durante el embarazo, no solo protegiéndola, sino también dándole de comer; y, si algo le ocurre a la madre, el padre se encarga de sacar adelante a los cachorros.
 
El coyote es uno de los animales más fascinantes que existen, y resulta muy difícil ubicarlo en categoría alguna. Es un animal lleno de paradojas, pero el núcleo de su energía se halla en el equilibrio entre sabiduría y locura, que es lo que da lugar a una vida plena.
 

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