SAN LORENZO O'TOOLE, ORACIÓN PARA CONSEGUIR UNIDAD FAMILIAR Y PAZ MUNDIAL


ORACIÓN
 
San Lorenzo O'Toole, hombre de paz,
Tu, que estuviste en conflicto desde tus primeros días
 entre de la familia y la política,
consigues hoy el regalo de paz y esperanza
para todos los que experimentan el trauma
de la división entre sus familias, entre comunidades.
o entre países y naciones.

San Lorenzo, hombre de oración,
que reconociste la llamada para servir al Señor
de una manera particular en Glendalough.
Da el don de la perseverancia
a todos los que están tomando
decisiones importantes en este momento.

San Lorenzo, hombre de fe,
que tuviste la determinación
para aceptar una posición de Liderazgo
en tu comunidad a una edad temprana.
Bendice a nuestros jóvenes,
inspírales espíritu de generosidad
 para que la sociedad cada día sea mejor.

San Lorenzo, hombre humilde,
que atrajiste a las buenas gentes
por tu compromiso con la vida espiritual
y la recitación de la Oración de la Iglesia.
Llénanos con ese deseo
de rezar en comunión unos con otros
a lo largo de cada día.

San Lorenzo, hombre manso,
que abriste tu corazón y tus puertas
a los que eran pobres.
Aumenta nuestra conciencia
para actuar por los necesitados
e inspíranos a actuar
con justicia y caridad en todo momento.

San Lorenzo, hombre bueno,
fuiste respetado por tu compromiso
con tu iglesia y tu país.
 Concédenos la gracia de vivir comprometidos
con este mundo mientras en el vivamos,
reflejando los valores eternos del reino.

San Lorenzo, hombre caritativo
que dio tu última onza de energía
en la causa de la paz.
 Danos el regalo de conseguir estar unidos
y en paz, para toda la humanidad
y poder vivir como instrumentos
de la vida de Cristo
en paz, amor y tolerancia.
 
Amén
 

En el siglo XII, Irlanda era una isla semibárbara. Aislada casi por completo del resto del mundo, se había convertido en una especie de fortaleza, dentro de le cual imperaban le arbitrariedad y le desunión.
 
Nominalmente había un rey para toda la nación, pero en realidad, le población estaba dividida en tribus o clanes regionales, y cada clan tenía un jefe o pequeño rey cuyo gobierno era patriarcal y tiránico al mismo tiempo. Estos jefes de clan no se entendían muy bien entre ellos, y con frecuencia se lanzaban unos contra otros. Los más fuertes eran vencedores temibles, pues no practicaban la misericordia ni el perdón, sino que se ensañaban contra los vencidos.
 
El país se encontraba muy atrasado con respecto a otros territorios de Europa en su tiempo. Sus habitantes, descendientes de los antiguos celtas, conservaban muchas de las costumbres y vicios de éstos. Indolentes y egoístas, se ocupaban en los trabajos más simples y que exigían poca organización; por ello casi todos se dedicaban al pastoreo, entre lucha y lucha.
 
Los hombres eran hábiles en el arte de le equitación y en el manejo de las armas rudimentarias, que solían ser solamente largos venablos y agudas flechas.
 
No usaban casco, ni coraza, ni perneras, ni escudo ni espada. En tal situación, la conquista de Irlanda no era empresa muy difícil para una nación más organizada y mucho mejor armada, como Inglaterra. Sin embargo, la conquista de Irlanda realizada por el rey inglés Enrique II, no fue una guerra bien planeada, sino una aventura novelesca en la que intervinieron la piratería normanda, la traición del tirano Dermoth, intrigas personales y otros factores que supo aprovechar el monarca inglés.
 
En medio de tantas desventuras, Irlanda tuvo, en San Lorenzo O'Toole, un defensor de sus derechos y de la paz.
 
Niño aún, sirvió como rehén para garantizar le concordia entre el tirano Dermoth y el clan de O'Toole. Más tarde, siendo ye arzobispo de Dublín, peregrinó en pos del rey Enrique II, con objeto de conseguir de éste, invocando el nombre de Cristo, un trato más humanitario para los irlandeses y un respeto mayor para la Iglesia de la nación.
 
Cuando estaba empeñado en tal empresa, falleció, y puede decirse que sacrificó su vida en aras de estos nobles propósitos.
 
En el siglo XII, la gran nación de pastores que era Irlanda, tenía sin embargo un buen número de monasterios, únicos lugares donde florecían le cultura y le vida espiritual e intelectual. De estos monasterios salieron muchos santos varones, lo que dio origen a que el país fuera llamado "La Isla de los Santos".
 
Lorenzo se formó en el monasterio de Glendelough, donde recibió las sólidas bases espirituales que hicieron de él un paladín de le justicia y del amor al prójimo.
 
Lorenzo llevaba ye le semilla de la gracia; pero también esta semilla germinó entre los monjes del monasterio. El santo acabó su vida en le ciudad francesa de Eu, por lo cual se le llama también San Lorenzo de Eu. En ese lugar, donde recibió sepultura, se conservan sus reliquias y se venera su memoria.
 
Allí, además, se recuerdan sus últimas palabras, cuando el sentir la proximidad de le muerte, dijo:
 
—Este es el lugar de mi descanso; aquí habitaré porque lo he escogido.
 
Y allá quedaron los restos del peregrino, que iba en busca de la paz y de la libertad religiosa de su patria, hollada por un tirano invasor.
 
La próspera y culta Irlanda de nuestros días guarda eterna gratitud al santo arzobispo de Dublín.

 

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