Mi solemne oración
Honra el trabajo:
Haz que tu vida sea una ayuda continua
a los indefensos, a las familias necesitadas.
Nunca dejes de trabajar para revivir
los antiguos valores y nuestras formas de vida.
Trabaja en conjunto con tus hermanos
para que día a día podamos asegurar
la curación de Nuestra Madre Tierra,
Nuestro Padre Cielo y Nuestro Hermano Mar,
ellos son las fuentes más sagradas de la vida.
Trabaja arduamente para que renazcan
nuestros antiguos idiomas y nuestra cultura.
Trabaja siempre y todo el tiempo que sea necesario
para reclamar la tierra que nos fue arrebatada,
de la manera más dolora y cruel.
Sabemos que no todas nuestras tierras
podremos recuperarlas ahora,
pero hay muchas que pueden volver a ser nuestras,
hay territorios lo suficientemente grandes y fértiles
para que nosotros podamos ser autosuficientes,
donde podamos determinar nuestro estilo de vida,
donde podamos elegir nuestros propios educadores y establecer nuestro propio futuro.
Enseña y educa a nuestros jóvenes
para que sean un espejo de nuestros pueblos
y a proyectar sus sombras en el camino correcto.
El actual mundo se ahoga y sofoca a sí mismo,
con las formas de vida actuales,
la forma en que ahora vivimos,
traerá la oscuridad a nuestra madre Tierra.
El final se nos está acercando lenta pero gradualmente
y ya está llegando a un punto de no retorno.
La mayoría de nosotros vemos y sabemos lo que ocurre,
otros muchos de nosotros no lo queremos ver,
porque estamos cegados por la codicia,
por la egoísta necesidad de consumir más y más,
por la sugestión de acumular dinero
y con ello acumulamos también la condenación.
La Madre Tierra siempre ha sabido defenderse
y ha eliminado a sus enemigos y destructores
desde el principio de los tiempos,
al final, nuestra arrogancia nos llevará al final.
Se suceden terribles guerras entre hermanos,
guerras compradas por la codicia, el egoísmo,
la arrogancia, los celos, la maldad,
por estar ciegos a las necesidades de los demás,
por aceptar la corrupción y el odio,
por no respetar las creencias de los demás,
y todas estas circunstancias pintan
un desolador paisaje de nuestro futuro.
No cambiaremos a medida que pasan los tiempos,
nos hemos vuelto más eficientes,
más astutos, en matarnos entre nosotros mismos.
No respetamos a Nuestra Hermosa Madre Tierra,
la Madre fértil, nutriente de toda vida,
estamos destruyendo su vida salvaje y sus plantas,
con excavaciones, cortes, represas, minas, explosiones y contaminaciones, violaciones y saqueos,
como si no hubiera un mañana,
y ciertamente, a este ritmo no habrá un mañana.
Nuestro hermano, el mar, nuestros hermanos,
la ballena, el delfín, todos los peces,
todos los organismos vitales,
contemplan nuestra locura:
kilómetros de redes, cañones de arpones,
plásticos que invaden los mares,
nos dirigimos hasta la extinción, día a día.
Es por esto que les pido a mis hermanos y hermanas
que regresen al círculo sagrado,
que vuelvan para meditar sobre lo que tuvimos,
lo que perdimos y lo que ahora tenemos,
para que podamos volver a ser un verdaderos indios,
verdaderos seres humanos.
El Gran Espíritu está esperando
que volvamos a ser sus cuidadores,
los guardianes del planeta que nos fue confiado.
Nuestros antepasados están parados
fuera de un círculo que gira, cuando se detenga,
será el momento de entrar en el centro
para abrazar las viejas formas en un nuevo tiempo.
Debemos ser un arco iris de personas,
donde el color de la piel no importe,
donde todos los que tengan un corazón transparente,
donde todos los que muestren compasión,
y sean sinceros, honestos y respetuosos,
volvamos a ser parte de la Rueda de la Medicina,
los verdaderos sanadores de nuestra Madre la tierra
Vuelo con el águila tristemente,
mi visión se está volviendo borrosa,
ahora es difícil ver a través de la oscuridad
que desciende cada vez más gradualmente
envolviendo a nuestra Madre Tierra.
Los fuegos sagrados deben renacer
para mostrarme el camino a casa.
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