ORACIÓN
Anna María, nuestra hermana y guía,
que fuiste consagrada al servicio de Cristo
con el nombre religioso
de Sor María Francisca de las Cinco Llagas.
La Iglesia te honra por tu santidad de vida,
tu dedicación a la oración, tu misericordia
y compasión por aquellos que necesitan ayuda,
Escúchame ahora en mi necesidad,
mientras solicito tu ayuda.
(Aquí haz tu petición.)
Santa en el cielo concédeme este favor,
Santa en el cielo concédeme este favor,
que te he pedido haciendo valer
tu favorable intercesión ante Dios.
Sor María Francisca,
que viviste una vida de fe,
inspírame y reza por mi.
Tu que entregaste tu vida a la oración.
Tu que entregaste tu vida a la oración.
inspírame y reza por mi
Tu que fuiste generosa con los que te rodeaban,
Tu que fuiste generosa con los que te rodeaban,
inspírame y reza por mi
Tu que estabas vestida de humildad,
Tu que estabas vestida de humildad,
inspírame y reza por mi.
Tu que trabajaste por la justicia,
Tu que trabajaste por la justicia,
inspírame y reza por mi.
Tu que mostraste compasión al necesitado,
Tu que mostraste compasión al necesitado,
inspírame y reza por mi.
Tu que deseabas salvar almas,
Tu que deseabas salvar almas,
inspírame y reza por mi.
Tú que atesorabas la eucaristía,
Tú que atesorabas la eucaristía,
inspírame y reza por mi.
Tu que honraste a Nuestra Santísima Señora,
Tu que honraste a Nuestra Santísima Señora,
inspírame y reza por mi.
Tu que ofreciste tu vida a Dios,
Tu que ofreciste tu vida a Dios,
inspírame y reza por mi.
Tu que uniste tus sufrimientos a Cristo,
Tu que uniste tus sufrimientos a Cristo,
inspírame y reza por mi.
Tu que anhelabas las alegrías del cielo,
Tu que anhelabas las alegrías del cielo,
inspírame y reza por mi.
Santa María Francisca de las Cinco Llagas de Jesús,
Santa María Francisca de las Cinco Llagas de Jesús,
escucha mi sincera oración,
reza conmigo y pídele a Dios que,
si es su Santísima Voluntad,
mi petición sea concedida
y que pueda vivir en la Gracia de Dios siempre.
Amén.
¿Cómo es una Canonización?
Santa María Francisca de las Cinco Llagas de Cristo, heroína de la santidad del siglo XVIII, fue beatificada en el XIX y canonizada en el XX. Esto es, el reconocimiento absoluto de su santidad tuvo un proceso que duró más de dos siglos.
Santa María Francisca de las Cinco Llagas de Cristo, heroína de la santidad del siglo XVIII, fue beatificada en el XIX y canonizada en el XX. Esto es, el reconocimiento absoluto de su santidad tuvo un proceso que duró más de dos siglos.
Para aquellos que quisieran saber, de un modo claro y sencillo cómo se efectúa un proceso de canonización, transcribimos el siguiente fragmento de la Enciclopedia Cultural U.T.E.H.A.:
"En el mundo cristiano, la santidad se va ganando a través de una vida ejemplar, consagrada al exacto cumplimiento, hasta el heroísmo, de los preceptos evangélicos, aunque también puede ganarse súbitamente, al padecer y morir por la fe cristiana.
A los comprendidos en el primer modo, se les llama confesores; a los segundos, mártires; pero unos y otros, para llegar a recibir el dictado de «santos», son objeto de un estudio conocido con el nombre de «proceso de canonización».
Si primitivamente fue el mismo pueblo quien señaló a sus santos, como en el caso de tantos mártires, y los obispos no vacilaran en declarar «santos» a quienes visiblemente habían merecido ser designados así, pronto solamente el papa quedó facultado para esta declaración de «santidad». Y en 1170, Alejandro III negó a los obispos la potestad de instituir nuevos cultos en honor de nuevos santos, también reservada al sumo pontífice.
San Diego de Alcalá fue el último caso de canonización pontificia (2 de julio de 1588) sin la intervención de la Congregación de los Ritos, creada algunos meses antes por el Papa Sixto V.
Hasta Urbano VIII, el proceso de canonización se confunde con el de beatificación. Desde entonces, son diferentes, y puede un «beato» recibir culto sin llegar a la categoría de «santo».
Ya beatificado, un siervo de Dios es objeto de un estudio minucioso, llamado «proceso de canonización», verificado por una comisión de cardenales que integran la citada Congregación. Ellos examinan lentamente la vida y obras del «beato» no sin oír a un fiscal —o denunciante— que vino llamándose «ligado del diablo», como es llamado «abogado de Dios» el procurador o instructor del proceso.
Una sola declaración en contra del «beato», un solo testigo sospechoso, bastan para retrasar durante siglos una canonización.
Una sola declaración en contra del «beato», un solo testigo sospechoso, bastan para retrasar durante siglos una canonización.
Al fin, el mismo pontífice decide. Si esta resolución es favorable, la ceremonia de la canonización se celebra más tarde con toda solemnidad en la basílica romana de San Pedro. Pero antes de la resolución, se necesita que el «procesado» muestre su santidad por medio de algún milagro.
Algunos personajes condenados antiguamente por los tribunales eclesiásticos han sido beatificados o canonizados posteriormente, tras el debido proceso; ejemplo singular de ello es la heroína francesa Juana de Arco."
Como se ve, los procedimientos adoptados para rendir culto a aquellos cuya vida o sacrificio ejemplares lo merecen, son largos, prudentes y eficaces.
La intervención del "abogado del diablo" es una cosa particularmente curiosa. Su tarea consiste en buscar minuciosamente factores que estorben o se opongan a la canonización del procesado. De este modo, la Congregación de Ritos tendrá una serie de datos contrarios al santo, y si estos datos son insignificantes o falsos, se destruyen por sí mismos, y no sirven más que para mayor gloria del canonizado que superó así la última barrera, la última lucha que el mundo opuso a su santidad.
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