ZORRO, TOTEMS DE ANIMALES MEDICINA

 
El tótem del zorro ha estado presente en la casi totalidad de las culturas de nuestro planeta, ya que por su gran olfato y su astucia tiene una gran facilidad para pasar desapercibido.

Sin duda, es uno de los animales más hábiles e ingeniosos de la naturaleza, facultades que puede transmitir a aquel en cuya vida se presente.



Existen 21 especies de zorro, que se distribuyen por casi toda la superficie de nuestro planeta y se han adaptado a climas de todo tipo, desde las costas a las montañas, desde los desiertos hasta el Ártico, en América del Norte y del Sur, en Europa, Asia e incluso Australia. Y, ciertamente, el hecho de que el zorro se haya distribuido por todo el mundo reviste un enorme significado metafísico.

No por casualidad, la carta número 21 de la baraja de tarot es El Mundo, una carta que anuncia la aparición de un nuevo mundo, que el proceso de la creación ya ha comenzado. Indica que el mundo está creciendo y cambiando de forma, adoptando nuevos y benéficos patrones. De ahí que, para las personas que tienen al zorro como tótem, meditar en esta carta les puede hacer comprender de qué modo colabora el zorro en la creación, y les puede indicar qué es lo que está creciendo y cambiando de forma en su propio mundo.

Tras el zorro hay un largo legado de magia e ingenio, pero se le han atribuido también poderes sobrenaturales debido a que es un animal nocturno. Es más fácil encontrarse con él en las horas previas al amanecer o las posteriores al ocaso, en aquellos momentos «entre dos luces» en los que se encuentran el mundo mágico y el mundo en el que vivimos.

Pero también vive entre dos mundos por tener su hábitat en las regiones fronterizas entre el bosque y los espacios abiertos. El hecho de ser un animal que vive «entre tiempos y espacios» le convierte en un magnífico guía para adentrarse en los mundos feéricos, por lo que su aparición en tales momentos puede ser la señal de que el Reino de las Hadas está a punto de abrirse para ti.

En algunas culturas orientales se creía que el zorro era capaz de adoptar la forma humana. De hecho, en la cultura popular china se creía que el zorro adquiría esta facultad cuando cumplía los 50 años, y que cuando cumplía los 100 podía convertirse en un hechicero, o una hermosa doncella que terminaría arruinando la vida de aquel infortunado que se enamorara de ella.

Pero también, «En diversas tribus indias americanas se cuentan historias de cazadores que descubrieron casualmente que sus esposas eran zorros». La interpretación simbólica de estas creencias apunta a la idea de que la magia surge de las energías femeninas y que, a menos que el hombre sea capaz de reconocer el poder de la magia femenina (en sí mismo o en los demás) y aprenda a utilizarla para cambiar de forma su vida, esa magia puede llevarle a la destrucción.

Los cheroquis invocan la medicina del zorro para prevenir la congelación, y los chamanes hopis se ponen habitualmente una piel de zorro en sus rituales sanadores. Los choctaw veían en el zorro al protector de la unidad familiar, en tanto que los apaches le daban el mérito de haber matado al oso malvado, y aseguraban había robado el fuego para los seres humanos metiendo la cola entre las llamas.

En la otra parte del mundo, en Persia, se le tenía por un animal sagrado, porque ayudaba a los fallecidos a alcanzar el cielo; mientras que en Egipto se creía que la piel del zorro granjeaba los favores de los dioses, y en Perú se le tenía por un dios, creyendo que recompensaba a todo aquel que estuviera a su servicio.

Un examen de los comportamientos y características del zorro revelará mucho del papel y de la energía que puede representar para ti personalmente.

Casi todas las especies de zorros tienen el hocico afilado, grandes orejas, una exuberante cola y unas patas delgadas y largas. Las grandes orejas le permiten al zorro refrescarse en verano, puesto que pueden disipar el calor corporal a través de ellas; de ahí que, si tienes al zorro por tótem y lo pasas realmente mal con el calor estival, prueba a ponerte el cabello por detrás de las orejas al peinarte.

El zorro más común en Norteamérica es el zorro rojo, si bien no todos los ejemplares de zorros rojos tienen el pelaje de ese color. Los hay de pelo rojizo, sí, pero también los hay marrones, y hay incluso otros con el pelaje negro y plateado.

En términos generales, el zorro rojo está relacionado con la energía sexual, la kundalini, la liberación de la fuerza vital creadora. En cualquier caso, un estudio de los colores y su simbología te puede ayudar a definir mejor el papel del zorro en tu vida.

Salvo en el caso del zorro ártico, el pelaje del zorro no cambia de color con las estaciones. Por otra parte, el zorro ártico tiene también las orejas más redondeadas, con lo cual se aísla mejor del frío. El zorro se camufla simplemente con su piel, merced a las diversas variaciones de color de su pelaje, que le permite pasar desapercibido y ser relativamente invisible. De ahí que yo sugiera a todo aquel que tenga al zorro como tótem que aprenda a camuflarse, a confundirse con el entorno y pasar desapercibido, moviéndose en silencio, sin revelar sus intenciones, pues todo esto es algo que el zorro le puede enseñar.

Estas habilidades se utilizan en gran medida para controlar el aura, el campo de energía que existe en torno al cuerpo humano, de la cual se puede ajustar su frecuencia e intensidad con el fin de armonizar mejor con los demás.

También puedes concentrarte en cambiar su apariencia, si lo que deseas es pasar desapercibido. Para ello, practica poniéndote de espaldas contra la pared e imaginándote que adoptas el color de la pared, como si te estuvieras fundiendo con ella. Después de esto, la próxima reunión de amigos o fiesta a la que vayas, siéntate en un sillón o un sofá e imagínate que fueras un zorro y te fundieras a la perfección con el entorno.

Recuerda que es más fácil ver al zorro cuando se encuentra en campo abierto, de modo que imagínate que adoptas el color y el diseño del sillón. Y luego guarda silencio, y te sorprenderás de cuánta gente tropieza contigo o intenta sentarse incluso encima de ti por no haberte visto.

También, imagínate como un zorro cuando llegas o te marchas de una fiesta o reunión, e imagina cómo te fundes en la reunión; y no te sorprendas si, a medida que transcurre la velada, la gente hace comentarios como: «¿Cuándo has llegado?», «¿Desde cuándo estás aquí?», «No te he visto llegar» o «¿Cuándo te fuiste?».

Cuanto más trabajes con el zorro, más fácil te resultará. El personaje histórico de Merlín debió utilizar la medicina del zorro para conseguir muchas de las cosas que logró, pues, «Incluso en su época, Merlín pasaba desapercibido; era como si su figura estuviera más allá de la historia... Era en gran medida un desconocido para todos, salvo como "Merlín". Cuando era convocado por algún rey o necesitaba reclutar aliados, llegaba en silencio, disfrazado como un humilde pastor, un leñador o un campesino, y ni siquiera los soberanos le reconocían bajo sus distintos disfraces. Merlín disfrutaba ocultándose, y lo hacía durante largos períodos de tiempo».

Convendrá que las personas que tienen al zorro como tótem aprendan el arte del camuflaje, de la invisibilidad y del cambio de forma. El zorro obtiene grandes beneficios de esta habilidad, y tú podrás desarrollarla también con la práctica, y podrás aplicarla para ver y escuchar ciertas cosas que, de otro modo, te resultaría imposible.

Pero hay otro aspecto del pelaje del zorro que puede ser importante para quien tiene a este animal como tótem, y es el hecho de que el pelaje y el cabello pueden servir de antena para las energías psíquicas. El zorro tiene dos tipos de pelaje: una primera capa de pelo corto y espeso, similar a la lana, y otro pelo más largo y compacto que recubre la primera capa, que le sirve de protección y que es habitualmente más oscuro en el lomo.

Tanto el cabello humano como el pelaje de los animales son antiguos símbolos de energía y fertilidad, por lo que las capas de pelo estarían reflejando niveles de energía y de fertilidad. En el caso del zorro, la primera capa es la fuente de energía primaria de la cual una persona extrae sus capacidades; en tanto que la capa externa protege y define el modo en que la persona utiliza esa energía. A medida que cambia el pelo exterior, cambia también la expresión de la fuerza creativa interna, por lo que el cabello debería de ser muy importante para la persona que tenga por tótem al zorro. Si se precisa de un cambio en determinados niveles internos, cambiar el cabello de tal modo que refleje el cambio deseado activará la energía del zorro para que pueda iniciarse el cambio de forma.

Muchos han considerado siempre la cola del zorro como su aspecto más sagrado aunque esto no tiene por qué ser necesariamente así, lo cierto es que la cola suele tepe un gran significado para quien tiene al zorro como tótem. Cuando corre, el zorro mantiene la cola en posición horizontal, como si fuera un timón. Y la posición horizontal es la forma femenina, de modo que la cola del zorro es un símbolo de dirección de fuerzas creadoras femeninas. Al zorro le resulta especialmente útil cuando tiene que hacer cambios de dirección, giros cerrados y repentinos; por lo que, si el enfoque mantiene en las energías creadoras, la persona podrá llevar a cabo con facilidad cualquier giro cerrado o repentino en su vida.

El zorro utiliza también la cola para protegerse la nariz y las patas del frío, para lo cual se envuelve en su espesa cola; de ahí que las personas que tienen al zorro como tótem dispongan también de la capacidad para aislarse de cualquier cosa que pueda parecer fría, especialmente en las relaciones, en las que se bastan a sí mismas para mantener el calor.

El grosor general del pelaje del zorro le da el aspecto de ser mucho más grande de lo que es en realidad, y esto es algo que también tiene su significado para los que tienen al zorro como tótem, pues estas personas pueden aparentar ser más grandes de lo que son. Ciertamente, la persona que domina este aspecto de la medicina del zorro puede sacar buen provecho de ello, tanto en cuestiones de protección personal como para dar una mejor impresión en diversas áreas de su vida.

Durante el invierno, a los zorros les crece un espeso mechón de pelo en las almohadillas plantares de las patas, con lo cual mantienen las plantas calientes y obtienen una mejor tracción, cosa que deberían cuidarse de hacer los que tienen al zorro como tótem.

Aunque al zorro no le gusta mojarse, no por ello deja de ser un excelente nadador. Y esto resulta también muy significativo, pues dice algo acerca del carácter innato de aquellos que lo tienen como tótem, personas que han aprendido a expresar las energías femeninas, la fuerza creadora, en el mundo exterior. En su caso, no existe deseo alguno de volver a las aguas de la vida (femeninas), pero no dudan en hacerlo si lo consideran necesario.

El zorro tiene unas patas muy adecuadas para correr y es tremendamente resistente, siendo esta una capacidad que puede transmitir a la perfección. El zorro suele desplazarse con un trote muy singular, que se cree que puede mantener indefinidamente sin cansarse o, al menos, sin dar tal impresión; y lo cierto es que pocos animales del tamaño del zorro pueden dejarle atrás en carrera. En cualquier caso, lo que esto nos indica es que desplazarse con un ritmo constante es esencial para aquellas personas que tienen al zorro como tótem, tanto por su salud general como para su éxito en la vida. Por otra parte, el zorro, cuando corre, deja un rastro en el que solo se ve una línea de huellas, lo cual quiere decir que sitúa las patas casi directamente una delante de otra, hecho que vendría a reflejar una expresión rectilínea de la energía femenina.

El zorro camina y corre apoyándose sobre los dedos, de un modo muy similar a como lo hace el gato, hecho muy significativo cuando se trata de un animal de la familia de los cánidos (del perro). Pero tiene sentido, porque los felinos expresan profundamente con sus movimientos las energías femeninas, que seria también lo que llevaría al zorro a caminar del mismo modo.

Pero, además, el zorro también es capaz de subirse a los árboles, hecho que vendría a ser un reflejo de su capacidad para entrar en dimensiones diferentes e invocar instintivamente recursos distintos. El zorro gris, en particular, es capaz de trepar a un árbol del mismo modo que lo hace un gato, utilizando las garras de las patas traseras para impulsarse.

Por otra parte, los sentidos del zorro nos dicen mucho acerca del potencial de las personas que lo tienen como tótem. Su sentido auditivo es muy agudo, y sus orejas son una especie de miniantenas con las que puedan captar los chillidos de un ratón desde una distancia de 150 metros. De ahí que los que tienen al zorro como tótem dispongan también de la capacidad para escuchar lo que ni siquiera se ha dicho, así como cualquier cuchicheo o susurro en sus inmediaciones. Además, esta capacidad está ligada a la dariaudiencia, la facultad auditiva espiritual.

Los zorros disponen también de una excelente visión. De hecho, tienen los ojos elípticos, al igual que el gato; son ciegos a los colores, pero tienen en cambio una gran capacidad para distinguir tonos diversos de luces y sombras; lo cual puede darle a una persona la capacidad para evaluar a los demás con una gran precisión. También disponen de la rara habilidad de detectar hasta el más mínimo movimiento, principalmente en las zonas limítrofes, por lo que no resultaría extraño que aquellos que tienen al zorro como tótem desarrollen la capacidad de ver el mundo espiritual, de ver a los seres que se mueven «entre dos mundos», las hadas y los elfos.

Pero su sentido más agudo es, con diferencia, el sentido del olfato, dado que es capaz de cazar tanto o más con el olfato que con el resto de sus sentidos. Al zorro le fascinan los olores extraños, por lo que los que lo tienen como tótem reaccionarán también intensamente a los olores, y serán capaces de discernir sutiles diferencias entre ellos. El olor es una forma de comunicación social que, en multitud de ocasiones, nos lleva a decidir con quién queremos relacionarnos y con quién no. Es por eso que no estaría de más que quienes utilizan la medicina del zorro aprendan aromaterapia.

El sentido del olfato es uno de los más potentes estimulantes sexuales, puesto que existe una fuerte conexión entre fragancia y sexualidad; y de ahí que el olfato sea clave en el grado e intensidad de la excitación en aquellas personas que trabajan la medicina del zorro. La energía sexual es la mayor energía creadora, parte esencial de la kundalini, y una energía crucial en todo tipo de actividades. Bien controlada y canalizada, la energía sexual se puede utilizar con los más diversos propósitos, entre ellos el del cambio de forma. De ahí que, si el zorro entra en la vida de una persona, podría reflejar el despertar de la kundalini, apuntando a una gran capacidad para la expresión sexual de formas ricas y variadas, y normalmente con muy pocas inhibiciones; si bien este aspecto puede estar camuflado en tanto no se presente la ocasión.

El sentido del olfato está relacionado también con elevadas formas de discriminación y discernimiento, por lo que quien trabaje con la medicina del zorro debería husmear cada situación para saber a quién evitar y con quién relacionarse. ¿Huele bien esta persona? ¿Huele divertida esta situación?

En general, los zorros solo tienen una pareja, son monógamos, pero también viven solos durante cinco meses al año, situación en la que parecen sentirse cómodos también. Las zorras rojas solo buscan madriguera cuando se quedan embarazadas y, si es posible, regresan año tras año a la misma madriguera, mejorándola y ampliándola en cada ocasión. El mismo amor al hogar que observamos en los zorros lo podemos encontrar también en los que tienen al zorro como tótem.

Aunque los zorros son territoriales y se mueven constantemente dentro de su territorio, suelen regresar a su hogar, a su madriguera; y lo mismo se puede decir de los que trabajan la medicina del zorro que, siendo territoriales en sus actividades, sienten la inclinación de regresar a su hogar y mejorarlo.

Las camadas de zorros pueden variar en número entre uno y seis cachorros, y nacen ciegos y sordos, aunque con el tiempo terminen desarrollando una magnífica vista y un agudo oído. Si el cachorro sobrevive al primer año, normalmente saldrá adelante solo y demarcará su propio territorio. Todo esto se refleja en las personas que practican la medicina del zorro, pues suelen pasar por duras pruebas durante su infancia, si bien esto les lleva posteriormente a desarrollar una magnífica formación instintiva en el arte de la supervivencia.

El zorro es un superviviente nato y un gran cazador, ya que a pesar de la usurpación humana de sus territorios y de la larga historia de acoso y caza, la que ha sido sometido, se las ha ingeniado para sobrevivir. Tiene unos instintos soberbios y, aunque algunos dicen que ha sobrevivido gracias a su cobardía, tal «cobardía» no es otra cosa que un eficaz aprendizaje, que ha llevado al zorro a evitar peligros potenciales, apartándose del camino si es necesario para evitar meterse en líos. Y aunque muchos granjeros acusen al zorro de robarles y matarles gallinas, el zorro es en realidad un buen amigo de los granjeros. Normalmente, los zorros que hacen estas cosas son zorros viejos, que ya no pueden cazar presas más escurridizas.

Sin embargo, el zorro consume enormes cantidades de escarabajos, grillos, saltamontes y, sobre todo, ratones y demás roedores. De hecho, los ratones son su alimento preferido, por lo que quienes tienen al zorro como tótem deberían estudiar también las características del ratón.

El zorro no se caracteriza por tener un gran apetito, pero se alimenta frecuentemente con pequeñas cantidades de comida a lo largo del día, ocultando siempre en su madriguera algún alimento extra; por lo que los que trabajan la medicina del zorro no harían mal en adaptar sus hábitos alimentarios a los del zorro.

Los zorros son refinados, elegantes y ágiles en la caza, donde utilizan el mismo estilo del gato, saltando sobre su presa y sujetándola con las patas delanteras. El zorro es ingenioso y paciente, y es capaz de esperar largo tiempo agazapado, sin ser visto, estudiando a su presa hasta que siente que ha llegado el momento oportuno de atacar. Pero probablemente sea en la caza por «encantamiento» donde el zorro demuestra hasta dónde llega su inteligencia y su ingenio. En esta técnica, el zorro se acerca a su presa haciendo cabriolas, dando saltos y vueltas para morderse la cola, con lo cual capta la atención de la presa, que no se percata de que el zorro está cada vez más cerca, hechizada con sus aparentemente inofensivas cabriolas; hasta que, cuando menos se lo espera, el zorro salta y captura a su presa. Si se observa bien, se trata también aquí de una técnica de camuflaje, aunque en este caso el camuflaje es a través del comportamiento; y es una técnica que los que tienen al zorro como tótem pueden utilizar también para capturar cualquier presa.

A medida que sintonizas con el zorro y aprendes su magia, te puede caer cualquier tipo de presa. 


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