Padre mío Sol,
tu hijo te saluda en este nuevo día.
Son tus rayos los que dan calor,
los que nutren,
los que permiten y permiten la vida
los que recibo en este bendito día
para que me den calor, luz y armonía.
Padre Sol, fuente de vida,
que sea tu calor el que temple mis días nublados,
que sea tu luz la que ilumine mis momentos oscuros,
que seas tu el que fecunde mis campos,
el que aporte la alegría de mi familia,
la de mis hijos que tanto te necesitan.
Se tu, el que cuando te vea brillar,
calientes mis fríos, temples mi carácter,
añadas colorido a mi vida,
ilumines mis caminos.
Padre Sol, que eres tan antiguo
como lo son mis antepasados,
recibe mi saludo en este día
para que sea gratificante,
para que sea cálido y fecundo,
para que sea pacífico y manso,
para que sepa recibir con agrado
todos los bienes que me proporcionas,
para que con tu energía, con tu calor,
nos sepamos nutrir y engendrar nueva vida.
Sol mío, que tan necesario eres,
que sin ti no existiría,
recibe mi saludo con agrado,
y se benevolente conmigo,
reconfórtame y extiende tu luz
cuando la oscuridad se haga presente,
cuando el frío se adhiera a mis huesos,
cuando la desesperanza me cause pavor,
cuando el miedo me atenace,
cuando me sienta desolado.
Fuente de vida y de esperanza,
da color a mis días,
calor a mis fríos,
esperanza a mi oscuridad,
y provéeme de fertilidad
para que mis campos crezcan esplendorosos,
para que la fertilidad me inunde,
para que tu luz lo cubra todo
y destierre las tinieblas.
Padre Sol, mira a este tu hijo,
y bendícele en este nuevo día
con abundancia y prosperidad.
Que así sea.
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