VIRGEN DE LORETO, ORACIÓN DE BENEDICTO XVI


ORACIÓN
 
María, Madre del sí,
tú escuchaste a Jesús
y conoces el timbre de su voz
y el latido de su corazón.

Estrella de la mañana,
háblanos de Él
y descríbenos tu camino
para seguirlo por la senda de la fe.



María, que en Nazaret
habitaste con Jesús,
imprime en nuestra vida
tus sentimientos, tu docilidad,
tu silencio que escucha y hace florecer
la Palabra en opciones de auténtica libertad.

 
María, háblanos de Jesús,
para que el frescor de nuestra fe
brille en nuestros ojos
y caliente el corazón de aquellos
con quienes nos encontremos,
como tú hiciste al visitar a Isabel,
que en su vejez se alegró contigo
por el don de la vida.

 
 María, Virgen del Magníficat
ayúdanos a llevar la alegría al mundo
y, como en Canaán,
impulsa a todos los jóvenes
comprometidos en el servicio a los hermanos
a hacer sólo lo que Jesús les diga.
 
María, dirige tu mirada
al ágora de los jóvenes,
para que sea el terreno fecundo
de la Iglesia italiana.

Ora para que Jesús,
muerto y resucitado,
renazca en nosotros
y nos transforme
en una noche llena de luz,
llena de Él.

María, Virgen de Loreto,
Puerta del Cielo,
ayúdanos a elevar nuestra mirada
a las alturas.

Queremos ver a Jesús,
hablar con Él
y anunciar a todos su amor.
 
Amén. 
 

Bellísima es la tradición que nos cuenta el origen del tan venerado santuario de Nuestra Señora de Loreto en Italia.

La santa morada de la Virgen de Nazareth había sido ya venerada por los primeros cristianos, queriendo dar así un testimonio del gran afecto que profesaban a la amorosa Madre de Jesucristo.

Si hemos de creer a algunos autores que se ocupan de este religioso asunto, ya en tiempo de los apóstoles se iba a ella con mucha devoción, para desde aquel lugar elevar los cristianos sus plegarias al cielo, no dudando que la veneración que tenían a la casa que habitara la Madre de Dios Hijo, había de aparecer como mérito para mejor alcanzar sus favores.

Hasta los tiempos del emperador Constantino se procuró conservar tal como la dejara Santa Elena que le profesaba gran devoción, que quiso que aquella religiosa casa fuera rodeada de un hermoso templo que se llamó Santa María. Templo que fue visitado después bajo la dominación de los Califas árabes por muchísimos peregrinos que venían a él desde lejanas tierras.

Nadie ignorará las causas que produjeron las famosas guerras religiosas llamadas Las cruzadas, por llevar los que iban a pelear en Oriente una cruz roja en el pecho.

Cruelmente maltratados los cristianos que se dirigían a Siria deseosos de visitar Jerusalén y Nazareth, cuando se hallaban aquellos Santos Lugares bajo el poder de los turcos aelyúcides, llegó el grito de su dolor hasta Europa, que indignada de tantos atropellos, determinó vengarlos y al mismo tiempo que conquistasen tan venerandas tierras, que era causa de dolor para los cristianos el no tenerlas como estados suyos.

No nos detenemos en narrar tecleo les bélicas acciones de aquellos valientes cruzados que con tanto entusiasmo combatieron por hacerse dueños de los Santos lugares.

Aunque estos se lograran conquistar a los infieles poco fue el tiempo que pertenecieron a los cristianos.

Por fin, a pesar de los desesperados esfuerzos de los piadosos y valientes caballeros templarios que defendían  Nazareth, ésta cayó en poder del musulmán.

Por milagro, entonces de los cielos, la antigua casa donde habitaran Jesús y María por espacio de tantos años, la vieron un día los habitantes de la Marca de Ancona en medio de un bosque, propiedad de una noble viuda que tenia por nombre Lasretta.

Los ángeles, por mandato del Señor, habían trasladado a este bosque, desde Oriente, la casa que habitara en Nazareth María.

Inclinados todos los árboles del bosque en señal de respeto ante la antigua morada de la Virgen, llamó tan extraño suceso la atención de los primeros que fueron a verlo.

Cuando contemplaron aquel sagrado recinto, movidos sus corazones por un oculto resorte, le adoraron con gran humildad, y al saber por algunos peregrinos que era aquella la casa que habitara María en Nazareth,  agradeciendo a Dios el inmenso beneficio que les hacia y
procuraron pronto levantar un santuario donde se colocó una sagrada imagen de la Virgen.

Poco a poco aquel nuevo santuario fue recibiendo grandes mejoras e innovaciones, gracias a la piedad de las gentes del país.

Pasando el tiempo, el humilde santuario se ha convertido en una magnífica iglesia, a la que los Pontífices romanos han concedido infinitos privilegios, contribuyendo además con cuantiosos donativos y que hoy puedan admirar los fieles que acuden a ella en romería, mil y mil bellezas artísticas.

En el centro de este precioso templo se halla la Santa Casa revestida con mármol blanco, en el que hay esculpidos algunos relieves, obra el dibujo del Bramante y la ejecución de los célebres artistas Sansorino, Sangallo y Badinelli.

Para que pueda juzgarse de las riquezas que posee esta famosa iglesia, diremos solo que el nicho en donde está colocada la milagrosa imagen de María, se ve incrustado todo él con planchas de oro.

Aunque no guarda ya tantas riquezas como en algún tiempo sirvieron para pagar el rescate de toda Italia, puede visitar aun el piadoso viajero la Sala del tesoro.

En ella se enseñarán los ricos presentes que varios Papas y algunos monarcas y poderosos de la tierra, han hecho a la venerada casa donde se tributa culto, y se da adoración a la imagen de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto.
 
 

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