SERPIENTES, TOTEMS DE ANIMALES MEDICINA


De todos los reptiles —y posiblemente de todos los animales—, la serpiente ha sido la que más controversias y paradojas ha suscitado, abriendo la polémica en círculos religiosos sobre si se trata de un símbolo de lo superior o de lo inferior.

Considerada a veces como el demonio, vista otras veces como un agente sanador, lo cierto es que la serpiente se ha ganado por derecho propio una destacada reputación mítica.




En el continente americano, la serpiente fue siempre un símbolo destacado en el arte y en la cultura populares. Para los nativos americanos era un símbolo de transformación y sanación, llevando a cabo incluso ceremonias en las que el iniciado aprendía a transmutar los venenos en su organismo, tras ser mordidos en repetidas ocasiones por la serpiente.

El mero hecho de sobrevivir a esta experiencia permitía al iniciado transmutar todos los venenos, físicos o no físicos, activando energías capaces de matar o de curar que, en última instancia, daban lugar a espectaculares curaciones.

En las culturas mesoamericanas, la serpiente era el símbolo del mayor de sus dioses y héroes, Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, el dios que muere con la promesa de regresar en un futuro.

Como dios y patrón de los toltecas, Quetzalcóatl era señor de los cielos y las estrellas, así como de todos los movimientos del universo. «El era el señor de los vientos y de las nubes, y el genio protector de su pueblo» ".

En Grecia, la serpiente fue también símbolo de la alquimia y de la sanación; en tanto que el caduceo, símbolo del dios Hermes, se representaba como un bastón con dos serpientes entrelazadas, emblema que adoptaría posteriormente la medicina moderna; un símbolo de la sabiduría expresada a través de la sanación.

En India, la diosa Vinata era la madre de las serpientes, además de símbolo del agua y del inframundo; pero reverenciaban también a unos semidioses, los Nagás, y a sus hermosas esposas, las Naginís, a quienes se les representaba como mitad cobras y mitad deidades.

Al dios Visnú se le representaba a menudo durmiendo sobre la serpiente de la eternidad, Ananta; en tanto que Shiva portaba serpientes por brazaletes y collares para simbolizar la sexualidad.

La serpiente ha sido desde siempre un símbolo de la fuerza sexual/creativa de los seres humanos, tal como se enseñó en las tradiciones orientales. La kundalini o fuego serpentino yace enrollada en la base de la columna vertebral; pero, mediante el desarrollo adecuado, esta energía primigenia es liberada y se eleva a través de la médula, despertando a su paso los centros de energía del cuerpo y de la mente, abriendo nuevas dimensiones y niveles de la conciencia, la salud y la creatividad.

En la astrología china, uno de cada doce años recibe el nombre de Año de la Serpiente, y se considera que las personas que nacen en esos años vienen al mundo con las cualidades de la compasión, la clarividencia y la simpatía, aunque tienen que aprender las lecciones del perdón, de la superstición y de la posesividad.

En Egipto, la serpiente asumía asimismo un lugar muy destacado, existiendo un tocado regio, el ureus, que tenía la forma de una serpiente, y que se ajustaba a la cabeza de tal modo que la cabeza de la serpiente emergía desde la zona del entrecejo de la persona que lo portaba. Se creía que representaba un estado de visión interior que permitía el dominio de las fuerzas del universo, y era el símbolo que portaban los iniciados. Hay quien cree que es una variación del ojo de Horus, en tanto que otros piensan que es el sagrado ojo de Ra. En cualquier caso, representaría un alto grado de sabiduría y comprensión.

El hecho de que la serpiente mude de piel la ha convertido en un símbolo de la muerte y el renacimiento. La serpiente se desprende de su piel y, con ello, deja atrás todo lo viejo que hay en ella. Este ciclo de muerte y renacimiento forma parte de lo que la serpiente representa, y que los antiguos alquimistas identificaron con la transmutación del plomo en oro, un símbolo de la sabiduría superior que nos llega con el transcurso del tiempo.

Este ciclo de muerte y renacimiento se representó simbólicamente con el uróboros, la ancestral imagen de la serpiente que se traga su propia cola, símbolo de la eternidad.

Antes de desprenderse de su piel, a la serpiente se le nublan los ojos, entrando en algo parecido a un trance. Para muchos místicos y chamanes, este hecho sería un indicio de la capacidad de la serpiente para moverse entre el mundo de los vivos y de los muertos, del paso de la vida a la muerte, para regresar a la vida de nuevo. Posteriormente, cuando la piel comienza a desprenderse, los ojos de la serpiente recuperan la claridad, como si viera el mundo de nuevo. Por este motivo, los alquimistas creían que la sabiduría debía llevar a la muerte y al renacimiento, llevando al iniciado a ver el mundo desde una perspectiva totalmente diferente.



La serpiente ha sido representada con frecuencia, al igual que su pariente cercano, el dragón, como un guardián y custodio; pues se les encuentra en los mitos y las leyendas custodiando tesoros, lugares sagrados o, incluso, el manantial de la vida.

No en vano, la serpiente custodiaba el árbol del cual colgaba el vellocino de oro en el mito griego de Jasón y los argonautas.

La serpiente es sinuosa y veloz; y, aunque mucha gente cree que tiene un tacto viscoso, su piel es extraordinariamente seca. De hecho, los seres humanos tenemos un tacto más viscoso que las serpientes, no tienes más que pasar la mano por el suelo para comprobar que el polvo se te queda adherido a la mano, cosa que no ocurre con la piel de la serpiente, que le permite además deslizarse por el suelo del modo en que lo hace.

La serpiente ataca con una velocidad endiablada; se levanta sobre su cola y golpea con rapidez y contundencia; de ahí que no resulte extraño que las personas que tienen a la serpiente como tótem puedan responder de la misma manera cuando la situación lo exige. De hecho, más te vale no enfurecer a una persona serpiente, pues, aunque tardan en perder los estribos, una vez los pierden, golpean súbitamente y sin contemplaciones, y casi siempre dan en la diana. Pueden terminar tragándote entero, o simplemente pueden inocularte algún tipo de veneno.

Cada vez que una serpiente aparece como tótem, cabe esperar muerte y renacimiento en algún aspecto de tu vida, aunque rara vez reflejará una muerte física real, sino más bien una transición.

Busca un cambio en las condiciones y un movimiento hacia una nueva vida, y examina lo que está ocurriendo a tu alrededor. ¿Necesitas hacer cambios, pero no los haces por algún motivo? ¿Estás intentando forzar el cambio de forma precipitada? ¿Estás arremetiendo contra los demás cuando no deberías hacerlo? O bien, todo lo contrario, ¿no estás arremetiendo y, sin embargo, deberías de hacerlo?

Recuerda que la serpiente no solo utiliza su veneno y su mordedura para sojuzgar a su presa, sino que también los utiliza para defenderse. ¿Hay algo en tu vida que necesite sanar? ¿Están apareciendo oportunidades a las que deberías aferrarte y sacar provecho?

Por otra parte, la serpiente puede reflejar también que tus fuerzas creativas están despertando, pues la estimulación de la kundalini no solo tiene consecuencias fisiológicas, sino también espirituales. Fisiológicamente, puede activar el impulso sexual, proporcionar más energía, etc., pero, espiritualmente, puede ofrecerte una nueva perspectiva sobre cómo aplicar tus ideas y tu intuición; que serán, por otro lado, mucho más precisas.

Para comprender el papel concreto que tu tótem serpiente va a representar en tu vida, comienza por examinar su aspecto, pues solo esto te va a aportar mucha información.

Claro está que todas las serpientes tienen una cabeza, un cuerpo y una cola, pero existe una gran variedad de serpientes. Algunas son venenosas, casi todas pueden morder, y algunas asfixian y aplastan a sus presas enroscándose a su alrededor.

Examina los diseños de la piel de tu serpiente y los patrones de sus escamas; por ejemplo, la serpiente de cascabel diamante recibe este nombre por el diseño de sus escamas; de modo que examina el significado de sus formas geométricas, pues te ayudará a definir el papel que la serpiente va a tener en tu vida.

La serpiente de cascabel sale de su madriguera exclusivamente durante las horas más frescas de la noche, dado que el calor extremo puede ser mortal para ella. De ahí que su aparición como tótem te puede llevar a adoptar hábitos nocturnos, de los cuales te beneficiarás en gran medida.

Además, esta serpiente se desplaza con un sinuoso movimiento lateral, y dispone de un órgano sensorial específico, un pequeño hoyuelo en la cabeza, que percibe el calor emanado por otras criaturas. De hecho, es así como percibe a sus presas.

Desde un punto de vista simbólico, esto indicaría una sensibilidad creciente en las personas que tienen a esta serpiente como tótem para percibir el aura. Puede que comiences a ver auras en breve, pero, decididamente, el primer paso será sentirlas; de modo que confía en tus sensaciones acerca de los demás, por extrañas que te puedan parecer.

Las serpientes son carnívoras, y se tragan a sus presas enteras, para lo cual tienen que desencajar la mandíbula inferior. La boca es el conducto de entrada de los alimentos, de ahí que el hecho de que las serpientes desencajen la mandíbula vendría a ser un reflejo en las personas que tienen a este tótem por un incremento en su capacidad para tragar y absorber nutrientes destinados a la región de la cabeza; es decir, un incremento en la capacidad para absorber conocimientos.

De ahí que sea muy posible que te surjan oportunidades formales e informales de aprendizaje, si bien deberás tener cuidado, porque existe la posibilidad de que sobrecargues tus circuitos cerebrales, dado que la serpiente te llevará a tragar y digerir cualquier cosa que se te ponga por delante.

La fija mirada de las serpientes ha llevado a muchos a relacionarla con las cualidades hipnóticas y, aunque esa mirada tiene su explicación en el hecho de que las serpientes no tienen párpados, la medicina de la serpiente te puede enseñar en cualquier caso a hipnotizar con la mirada y a escrutar con ella el corazón y el alma de los demás, si bien puede indicar también la necesidad de que examines a fondo tu corazón y tu alma.

Las serpientes tienen un agudo sentido del olfato; aunque, a diferencia de otros animales, este sentido lo tienen localizado en la lengua, que es la razón por la que la sacan tan a menudo. En realidad, tienen un órgano en el velo del paladar denominado órgano de Jacobson, que es el que les permite distinguir los olores del entorno y localizar así sus fuentes de nutrientes.

El sentido del olfato está vinculado con las formas superiores de discriminación y con el idealismo espiritual, de ahí que las personas que tienen a la serpiente como tótem sean personas sumamente sensibles a los olores y las fragancias, sensibilidad que pueden aprovechar con gran beneficio en aquellas formas de sanación relacionadas con el olfato, como la aromaterapia.

En cualquier caso, convendrá que presten atención a lo que sucede a su alrededor. ¿Cómo te huelen los acontecimientos que ocurren a tu alrededor?

Por otra parte, utiliza tu sentido de discriminación para medir bien lo que dices y a quién se lo dices, así como en qué asuntos te involucras.

La serpiente es un símbolo de cambio y de sanación, pero su asombrosa velocidad hará que los cambios en tu vida tengan lugar de un modo súbito, aunque serás capaz también de reconocerlos y asumirlos con una gran rapidez.

Cuando la serpiente entra en la vida de una persona trae consigo el anuncio del renacer de nuevas potencialidades de creatividad y sabiduría.



 

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